Hacer ejercicio es importante, pero lo que comes también marca la diferencia. Si alguna vez te has sentido sin energía a mitad de tu rutina, o con dificultad para recuperarte después de entrenar, es posible que tu alimentación necesite un ajuste.

El cuerpo es como un motor: necesita el combustible correcto para rendir al máximo. Y la buena noticia es que no necesitas suplementos caros ni dietas complicadas. Aquí te compartimos alimentos accesibles y naturales que pueden ayudarte a mejorar tu rendimiento físico y sentirte más fuerte, más resistente y más enfocado:

1. Avena: energía sostenida
Rica en carbohidratos complejos, la avena es ideal para empezar el día o antes de hacer ejercicio. Te brinda energía de liberación lenta, evitando caídas de glucosa a mitad de tu entrenamiento.

2. Plátano: el snack del deportista
Contiene potasio, magnesio y carbohidratos de rápida absorción. Es perfecto antes o después de ejercitarte, ya que ayuda a prevenir calambres y favorece la recuperación muscular.

3. Huevos: proteína de alta calidad
Ya sea hervido, revuelto o en omelette, el huevo es uno de los mejores aliados para reparar tejidos y construir masa muscular. Además, aporta colina, que favorece la concentración.

4. Frutos secos: poder en miniatura
Nueces, almendras y cacahuates aportan grasas saludables, proteína y fibra. Son ideales como colación antes de entrenar o después para reponer energía. Solo cuida las porciones.

5. Agua: el combustible olvidado
No es un alimento, pero es vital. La deshidratación disminuye tu rendimiento, afecta tu concentración y aumenta el riesgo de lesiones. Toma agua antes, durante y después del ejercicio.

6. Yogurt natural o griego: recuperación y digestión
Aporta proteínas, probióticos y calcio. Después del ejercicio, ayuda a reparar los músculos y favorece una buena digestión.

7. Verduras verdes y frutas rojas: antioxidantes en acción
Espinacas, kale, arándanos, fresas… estos alimentos ayudan a reducir la inflamación, combaten el estrés oxidativo del entrenamiento y fortalecen el sistema inmunológico.

Recuerda: no se trata de comer más, sino de comer mejor.
Combinar una alimentación equilibrada con actividad física no solo mejora tu rendimiento, también eleva tu bienestar general. Escucha a tu cuerpo, nútrelo con inteligencia y notarás la diferencia… tanto dentro como fuera del entrenamiento.