Perder a un ser querido es una de las experiencias más angustiosas y, desafortunadamente, frecuentes que enfrentan las personas. La mayoría de las personas que padecen una aflicción y un duelo normal atraviesan un período de dolor, aturdimiento, e incluso culpa e ira. Gradualmente estos sentimientos se alivian, y es posible aceptar la pérdida y seguir adelante.

Para algunas personas, los sentimientos de pérdida son debilitantes y no mejoran, incluso con el paso del tiempo. Esto se conoce como duelo complicado, a veces llamado “trastorno por duelo complejo persistente”. En duelos complicados, las emociones dolorosas duran tanto y son tan intensas que te resulta difícil recuperarte de la pérdida y continuar con tu propia vida.

Cada persona tiene su propia forma de afrontar la experiencia del duelo. El orden y la duración de estas etapas pueden variar según la persona:

  • Aceptar la realidad de tu pérdida
  • Permitirte sentir el dolor de tu pérdida
  • Adaptarte a una nueva realidad en la cual la persona fallecida ya no está presente
  • Tener otras relaciones

Estas diferencias son normales. Sin embargo, si no logras superar estas etapas en más de un año después de la muerte de un ser querido, puedes atravesar un duelo complicado. En tal caso, busca un tratamiento. Este puede ayudarte a asumir tu pérdida y a recuperar un sentido de paz y aceptación.

Cuándo consultar al médico

Comunícate con un médico o un profesional de salud mental si sientes una aflicción intensa y tienes problemas para desenvolverte que no mejoran, al menos, un año después de la pérdida de tu ser querido.

En algunos casos, las personas que están pasando por un duelo complicado pueden pensar en suicidarse. Si estás pensando en suicidarte, habla con alguien de confianza. Si crees que puedes actuar frente a un sentimiento suicida, llama al 911 o al número de servicios de emergencia local de inmediato. También puedes llamar a una línea directa para prevención del suicidio.

El duelo complicado puede afectarte física, mental y socialmente. Sin el tratamiento adecuado, las complicaciones pueden comprender:

  • Depresión
  • Pensamientos y conductas suicidas
  • Ansiedad, comprende el trastorno de estrés postraumático
  • Alteraciones significativas del sueño
  • Mayor riesgo de contraer enfermedades físicas como enfermedades cardíacas, cáncer o presión arterial alta
  • Dificultad para sobrellevar tareas cotidianas, mantener relaciones y realizar actividades laborales en el largo plazo
  • Consumo de alcohol y nicotina o abuso de sustancias

Un duelo puede considerarse complicado cuando su intensidad no disminuye en los meses posteriores a la muerte del ser querido. Algunos profesionales de salud mental diagnostican duelos complicados cuando la aflicción continúa siendo intensa, persistente y debilitante después de 12 meses.

Existen varias similitudes entre el duelo complicado y una depresión aguda, pero también existen diferencias. En algunos casos, la depresión clínica y el duelo complicado pueden ocurrir simultáneamente. Obtener un diagnóstico adecuado es fundamental para recibir el tratamiento correspondiente; por lo tanto, se suele realizar un examen médico y psicológico exhaustivo.