Algunas personas parecen tomarlo todo con calma, incluso cuando se acercan las fechas límite y el lavavajillas empieza a gotear. Otras personas pueden empezar a maldecir en cuanto ven luces de freno.
El estrés rara vez se resuelve por sí solo, y puede afectar la salud. Por eso es importante aprender a manejar el estrés. El primer paso es saber cómo reaccionas ante las situaciones estresantes.

A continuación, se presentan algunas reacciones comunes ante el estrés. ¿Alguna de estas te resulta familiar?
- Dolor. Es posible que aprietes las mandíbulas o los puños. El cuello y los hombros pueden estar tensos. El estrés también puede derivar en malestar estomacal, falta de aire, dolor de espalda, dolores de cabeza, insomnio o una sensación general de malestar.
- Desplazamiento del peso corporal. El estrés puede tentarte a comer aunque no tengas hambre. Es posible que sientas demasiado cansancio para hacer ejercicio. O bien, quizás comas menos y pierdas peso cuando estás estresado.
- Ira. El estrés puede hacer que tengas mal humor. Cuando estás bajo presión, es posible que discutas con compañeros de trabajo, amigos o seres queridos por cosas sin importancia.
- Llanto. El estrés puede desencadenar el llanto, a veces sin previo aviso. También podrías sentirte solo o aislado.
- Depresión. Algunas veces el estrés es abrumador. Quizás evites el problema, llames al trabajo para decir que estás enfermo o te sientas desesperado.
- Negatividad. Cuando no afrontas bien el estrés, es posible que busques lo peor en una situación.
- Hábito de fumar. Aunque hayas dejado de fumar hace un tiempo, un cigarrillo podría parecer una manera fácil de relajarte cuando estás bajo presión.

Una vez que identifiques las reacciones al estrés que no son saludables, puedes empezar a cambiarlas. Prueba estos consejos:
- Adelántate al estrés y prepara reuniones o viajes. Fíjate objetivos realistas. Deja tiempo suficiente por si algo sale mal. El estrés aumenta cuando se te acaba el tiempo porque surge algo que no esperabas.
- Establece vínculos con otras personas. Rodéate de familiares, amigos, compañeros de trabajo o líderes espirituales que te brinden apoyo.
- Lee, juega con la electrónica o haz cualquier actividad que te resulte divertida y relajante. No una actividad con la que te pongas competitivo o te estreses. Dedica tiempo a estas actividades.
- La actividad física, la meditación, el yoga, los masajes, la respiración profunda y otras técnicas de relajación pueden ayudarte a controlar el estrés.
- Duerme lo suficiente. La falta de sueño afecta el sistema inmunitario y la capacidad de juicio. Puede hacer que te enfades por pequeñas irritaciones. La mayoría de las personas necesitan de 7 a 9 horas de sueño al día.